El modelo didáctico de las Comunidades Virtuales de aprendizaje es el aprendizaje colaborativo, que se centra en el alumno mejor que en el profesor y donde el conocimiento es concebido como un constructo social, facilitado por la interacción, la evaluación y la cooperación entre iguales. Por consiguiente el rol del profesor cambia de la transmisión del conocimiento a los alumnos a ser facilitador en la construcción del propio conocimiento por parte de estos. Se trata de una visión de la enseñanza en la que el alumno es el centro o foco de atención y en el que el profesor juega, paradójicamente, un papel decisivo. Adoptar un enfoque de enseñanza centrada en el alumno significa atender cuidadosamente a aquellas actitudes, políticas y prácticas que pueden ampliar o disminuir la ‘distancia’ de los alumnos distantes. El profesor actúa primero como persona y después como experto en contenido. Promueve en el alumno el crecimiento personal y enfatiza la facilitación del aprendizaje antes que la transmisión de información. Hay diversos autores que se han ocupado de las funciones que debe desarrollar el profesor en los ambientes de aprendizaje que explotan las posibilidades de la comunicación mediada por ordenador. Mason (1991), al igual que Heeren y Collis (1993), habla de tres roles: rol organizacional, rol social y rol intelectual. Berge (1995) los categoriza en cuatro áreas: pedagógica, social, organizacional o administrativa y técnica. Describamos estos últimos, teniendo en cuenta que las funciones a desarrollar coinciden con las que plantean los autores anteriores: - Pedagógica (intelectual). Es indudable que algunas de las más importantes roles del instructor/moderador/guía/tutor giran sobre sus deberes como facilitador educacional. Aporta su especial conocimiento y perspicacia y utiliza cuestiones y pruebas para las respuestas de los alumnos que centran las discusiones en conceptos, principios y destrezas críticos. Modelando apropiadamente conductas online el profesor puede preparar a estudiantes, solos o en grupo, a la experiencia de moderar ellos mismos la conferencia. - Social. Es esencial para el éxito de la enseñanza online un entorno social y amigable en el que se promueva el aprendizaje. Se necesita promover las relaciones humanas, afirmando y reconociendo las aportaciones de los estudiantes; proporcionando oportunidades para que los estudiantes desarrollen un sentido cohesión del grupo y otras formas de ayudar a los miembros a trabajar juntos en causas mutuas. - Organizacional o administrativa. Se trata de gestionar la agenda y el ritmo. Meta-comentarios pueden utilizarse para resolver problemas en el contexto, normas o agenda, claridad, irrelevancia o ayuda a los participantes con la sobre información. - Técnica. El profesor se ha de sentir primero él mismo confortable y hábil con la tecnología y entonces tienen que asegurar que los participantes están cómodos con el sistema y el software que se está usando. Se trata además de lograr que la tecnología sea transparente. No todos estos roles tienen que ser desempeñados por la misma persona. De hecho raramente lo son. Las estrategias desplegadas en las situaciones convencionales de enseñanza, no sirven para esta nueva situación, llevando consigo cambios en los profesionales de la enseñanza, y entre ellos, el cambio del rol del profesor es uno de los más importantes. En parte, debidos a que el alumno, o mejor el usuario de la formación, comienza a ser distinto. Como persona y como alumnos llega con referentes de la sociedad de la información, de la era digital, y ello obliga al profesor a adaptar su discurso y sus estrategias, a cambiar el rol del docente en un ambiente rico en TIC. En nuestro caso, la institución educativa y el profesor dejan de ser fuentes de todo conocimiento y el profesor debe pasar a actuar como guía de alumnos para facilitarles el uso de recursos y herramientas que necesitan para explorar y elaborar nuevo conocimiento y destrezas, pasa a actuar como gestor de la pleyade de recursos de aprendizaje y a acentuar su papel de orientador. En otros trabajos (Salinas 1997, 1998) nos hemos ocupado de los requerimientos a los profesores en este ámbito: 1.- Guiar a los alumnos en el uso de las bases de información y conocimiento así como proporcionar acceso a los mismos para usar sus propios recursos. 2.- Potenciar alumnos activos en el proceso de aprendizaje autodirigido, en el marco de aciones de aprendizaje abierto, explotando las posibilidades comunicativas de las redes como sistemas de acceso a recursos de aprendizaje. 3.- Asesorar y gestionar el ambiente de aprendizaje en el que los alumnos están utilizando estos recursos. Tienen que ser capaces de guiar a los alumnos en el desarrollo de experiencias colaborativas, monitorizar el progreso del estudiante; proporcionar feedback de apoyo al trabajo del estudiante; y ofrecer oportunidades reales para la difusión de su trabajo. 4.- Acceso fluido al trabajo del estudiante en consistencia con la filosofía de las estrategias de aprendizaje empleadas y con el nuevo alumno-usuario de la formación descrito. A este respecto, Pérez i Garcias (2002b) proporciona algunas recomendaciones para llevar a cabo la acción tutorial en una comunidad virtual: - Los alumnos necesitan adquirir habilidades técnicas y comunicativas. Al inicio del programa de formación es importante diseñar un conjunto de actividades para que el alumno adquiera habilidades con el nuevo entorno, tanto en aspectos técnicos como comunicativos. - Asegurar una percepción adecuada de la actividad. Los grupos deben sentirse como grupos y desarrollar, normas y formas de entender comunes, como mecanismo de reducción de la ambigüedad. - Disponibilidad tecnológica. Un adecuado acceso al sistema de comunicación durante el tiempo necesario para la comunicación. - Establecer espacios de comunicación regulares públicos o privados para el feedback a las tareas y al progreso del alumno. El alumno, aún trabajando en grupo no debe sentirse aislado. - Separar los espacios de comunicación de contenido con los de proceso. Además de los espacios de comunicación propios de cada actividad es importante disponer de otros espacios de comunicación relacionados con el proceso de trabajo y la evolución del curso. - Evitar la centralización del tutor en los procesos de comunicación. El docente debe ubicarse más como miembro del grupo que como experto. - Apoyarse en los compañeros. Es interesante que el docente comparta el rol de moderador con alumnos que se responsabilizan de coordinar actividades o de proponer preguntas o respuestas a los compañeros - Dinamizar el trabajo del grupo. El tutor debe guiar y dinamizar el trabajo del grupo. Esto incide en su preparación profesional y se les va a requerir, en su proceso de formación -inicial o en ejercicio-, a ser usuarios sofisticados de recursos de información. Por tanto, deben prepararse para este nuevo rol de profesor como guía y facilitador de recursos que eduquen alumnos activos que participan en su propio proceso de aprendizaje; la gestión de un amplio rango de herramientas de información y comunicación actualmente disponibles y que pueden aumentar en el futuro (herramientas que facilitarán, a su vez, la implicación activa de los estudiantes en el aprendizaje), las interacciones profesionales con otros profesores y especialistas de contenido dentro de su comunidad pero también foráneos (Salinas, 1999). Al igual que el profesor, el alumno ya se encuentra en el contexto de la sociedad de la información y no se ajusta al papel que tradicionalmente se le ha adjudicado. Los modelos educativos establecidos se adaptan con dificultad a los procesos de aprendizaje que se desarrollan mediante la comunicación mediada por ordenador. Sfard (1998), a este respecto, describe dos metáforas dominantes para el aprendizaje: la metáfora de la adquisición en la que el aprendizaje es concebido como la obtención de alguna mercancía y la metáfora de la participación en la que el aprendizaje es concebido como cambio de roles e identidades en comunidades de práctica compartida. Koschmann (1995), propone la posibilidad de una tercera metáfora del aprendizaje basada en la noción de Dewey de transaccionismo. Utilizando la metáfora de una simple transacción comercial que se da entre la situación del alumno y el contexto. El empleo de esta metáfora proporciona una visión más amplia del aprendizaje, incluyendo tanto los cambios en el alumno (adquisición), como en el entorno social del alumno (participación). Hasta ahora, el enfoque tradicional ha consistido –consiste- en acumular la mayor cantidad de conocimientos posible, pero en un mundo rápidamente cambiante esto no es eficiente, al no saber si lo que se está aprendiendo será relevante. Es indudable que los alumnos en contacto con las TIC, especialmente con las redes se benefician de varias maneras y avanzan en esta nueva visión del usuario de la formación. Esto requiere acciones educativas relacionadas con el uso, selección, utilización y organización de la información de forma que el alumno vaya formándose como un maduro ciudadano de la sociedad de la información. En la actualidad adquirir este tipo de autonomía significará, para nuestros alumnos, aprender y dominar las TIC, y entre las destrezas y conocimientos relacionados con las TIC consideramos las siguientes:
a) Destrezas y conocimientos específicamente destinados a las TIC (Gestionar la información; comunicar; utilizar los interfaces hombre-máquina efectivamente; comprender como se trabaja autónomamente; saber cómo utilizar aplicaciones de software profesional; etc…); b) Destrezas y conocimientos relacionados con las TIC como medios de información (Ser capaz de leer, producir y procesar documentos, multimedia incluidos; procedimientos de selección o transmisión de información; buscar, organizar y criticar la información; etc…); c) Destrezas y conocimientos relacionados con las TIC como tema de estudio (Usar nuevas representaciones del conocimiento en un tema dado; usar simulaciones y modelizaciones; procesar información emanada de varias fuentes y orígenes; desarrollar procedimientos operativos relacionados con dominios específicos del conocimiento; construir destrezas y conocimiento básico existente; reforzar las destrezas de comunicación; fomentar creatividad; etc.) d) Destrezas y conocimientos relacionados tanto con las TIC como con el status del conocimiento (Anticipar cambios en el status de conocimiento; reforzar el potencial de transdisciplinaridad de las TIC, etc..). Los retos que para la organización del proceso de enseñanza-aprendizaje ofrecen dichas implicaciones dependerán en gran medida del escenario de aprendizaje (el hogar, el puesto de trabajo, el centro de recursos de aprendizaje, escenarios móviles asociados a la persona, etc..), es decir el marco espacio-temporal en el que el usuario desarrolla actividades de aprendizaje. El apoyo y la orientación que recibirá en cada situación, así como la diferente disponibilidad tecnológica son elementos cruciales en la explotación de las TIC para actividades de formación en esta nueva situación, pero en cualquier caso se requiere flexibilidad para cambiar de ser un alumno presencial a serlo a distancia y a la inversa.
Extraido de: Comunidades Virtuales y Aprendizaje Digital. Dr. Jesús Salinas